El informe, publicado por
ONU-Mujeres y la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito
(UNDOC), refleja que la cifra es menor que la estimación de 51.100
víctimas en 2023, si bien recalca que "este cambio no es indicación de
una disminución, ya que se debe en gran medida a diferencias en la
disponibilidad de datos a nivel nacional".
Así, insiste en que
"esta forma extrema de violencia de género sigue afectando a mujeres y
niñas en todas partes, sin que ninguna región esté excluida", antes de
resaltar que "con una estimación de 22.600 víctimas a manos de parejas
íntimas y familiares, África es la región con el mayor número de
víctimas en términos agregados, si bien esta cifra acarrea un grado de
incertidumbre por la falta de datos en la región".
"África
sigue suponiendo el mayor número de víctimas de feminicidio a manos de
parejas sentimentales y familiares en relación con el tamaño de su
población femenina, con tres víctimas por cada 100.000 en 2024", dice,
al tiempo que resalta que "las Américas y Oceanía han registrado también
altas tasas de estos feminicidios en 2024, con un 1,5 y 1,4 por cada
100.000, respectivamente".
"Las cifras son significativamente
más bajas en Asia y Europa, con un 0,7 y 0,5 por ciento cada 100.000,
respectivamente", apunta el documento, que reseña que "la disponibilidad
de datos sobre feminicidios perpetrados más allá de la esfera privada
sigue siendo muy limitada", a pesar de que varios países han empezado a
cuantificar otras formas de feminicidio, al margen de los perpetrados
por familiares y parejas sentimentales.
Por ello, el informe
hace hincapié en que esto impide "valorar de forma precisa" el tamaño de
este tipo de feminicidio, al tiempo que ha manifestado que "debido a
los datos insuficientes en otras regiones, las tendencias temporales en
el feminicidio a manos de parejas sentimentales y familiares solo puede
ser analizado en la actualidad en las Américas y Europa".
En
este sentido, apunta que, en este sentido, la tasa ha sido
"relativamente estable" en las Américas entre 2010 y 2024, mientras que
en Europa "ha disminuido de forma lenta, pero continuada" durante este
periodo, "impulsada por las tendencias a la baja en países de Europa del
norte, el este y el sur".
El documento reseña además que "los asesinatos intencionados de mujeres
en la esfera privada en Europa y las Américas son cometidos
principalmente por parejas sentimentales", con un 64 por ciento de los
casos en 2024 en Europa y el 69 por ciento en las Américas, lo que
"enfatiza la necesidad de garantizar que la prevención de la violencia
doméstica aborda las relaciones íntimas y los contextos familiares
amplios en los que las mujeres están en mayor riesgo".
"Aunque
muchos países publican periódicamente datos sobre feminicidios cometidos
por parejas o familiares, son menos los que pueden producir datos sobre
formas de feminicidio cometidas fuera del ámbito doméstico", ha
lamentado, al tiempo que incide en que "el hogar es el lugar más
peligroso para mujeres y niñas", mientras que en el caso del asesinato
de hombres, "la inmensa mayoría tienen lugar fuera de la esfera
doméstica".
De esta forma, recalca que el 11,2 por ciento de
los hombres asesinados a nivel mundial en 2024 lo fueron a manos de
parejas sentimentales u otros familiares, una cifra que asciende al 60
por ciento en el caso de las mujeres.
ONU-Mujeres y la UNDOC
apuntan además en su informe conjunto que los feminicidios "muy a menudo
no son incidentes aislados, sino la culminación de formas preexistentes
de violencia de género que afecta a todas las regiones y países del
mundo".
Así, las estimaciones globales indican que
aproximadamente una de cada cuatro mujeres y niñas de entre 15 y 49
años, el 25,8 por ciento del total, han sido víctimas al menos una vez
en su vida de violencia física o sexual por su actual o pasada pareja
sentimental.
"Los motivos detrás de este tipo de crímenes están
arraigados en normas sociales y estereotipos que consideran que las
mujeres están subordinadas a los hombres, así como en la discriminación
hacia mujeres y niñas, desigualdad y relaciones desequilibradas de poder
entre mujeres y hombres en la sociedad", explican.
Por ello, el informe insiste en que "para evitar de forma efectiva
los feminicidios son necesarias políticas específicas para abordar las
formas concretas de violencia de género perpetrada en la esfera privada,
ya que hay diferencias clave entre cómo tienen lugar los feminicidios a
manos de parejas sentimentales y otros familiares".
"Si bien
hay países que han hecho esfuerzos para evitar los feminicidios, estos
asesinatos persisten a unos niveles preocupantemente altos", destacado,
antes de reseñar que la investigación "muestra que los homicidios
perpetrados por parejas sentimentales están a menudo vinculados a
ciertos riesgos relacionados con la persona que comete el crimen o la
situación que rodea el asesinato".
El documento refleja que
entre estos factores de riesgo figuran "un historial previo de violencia
o estrangulamientos no letales", "acoso", "rotura de la relación" y
"abuso de sustancias", incluido el alcohol, lo que se combina con "otros
factores subyacentes como la falta de apoyo social y la acumulación de
acontecimientos estresantes".
Por todo ello, destaca que
durante las últimas décadas se han puesto en marcha diversas acciones
para hacer frente a los feminicidios, incluida una "prevención primaria"
en torno al "cambio de las actitudes y comportamientos tanto de mujeres
como de hombres, así como de niños y niñas", lo que pasa por
"herramientas como los cursos educativos" para "enseñar capacidades de
relación y ayudar a la gente a entender qué comportamientos son
aceptables y qué papel deben jugar hombres y mujeres en la sociedad".
Además, apunta a que varios países, particularmente en América
Latina, han optado por "respuestas legales", incluida la criminalización
del feminicidio, mientras que otros lo contemplan como un agravante. En
este contexto, también hay países que han desarrollado unidades
especializadas en las fuerzas de seguridad, la Fiscalía o los tribunales
para estos casos.
"Las campañas públicas han ayudado a generar
concienciación sobre la violencia de género y el feminicidio",
recuerda, antes de apuntar a las campañas 'Ni una menos' y 'Me Too' en
este sentido, antes de destacar que también hay esfuerzos para ampliar
la documentación de este tipo de crímenes para seguir de cerca las
tendencias y patrones a nivel nacional y mundial.